Este proyecto se imagina en sección:
¿Cómo organizar las viviendas de tal manera que todas tengan vistas al mar y orientación Sur, maximizando el aprovechamiento de la edificabilidad, y mejorando la privacidad de cada uno de los apartamentos?
Las circulaciones se organizan a través de una planta diáfana cubierta, pensada como espacio común de estancia y disfrute.
De ahí se accede a las diversas galerías en cada nivel que permiten el acceso a las viviendas por la cara norte.
En lo compositivo, se ha optado por dejar a la propia geometría ser el factor diferencial del proyecto, aterrazando los volúmenes en cascada con formas escultóricas, que se acentúan especialmente con las subidas a solario laterales.
Todas las terrazas están equipadas con pérgolas bioclimáticas que permiten regular la entrada de luz, convirtiendo las terrazas en espacios semi-exteriores de caracter flexible.
El entorno especial donde nos encontramos (primera línea de playa en un zona aún poco consolidada), toma el protagonismo absoluto. Colocamos el edificio en un basamento de piedra natural, para elevarnos sobre la nueva senda litoral, y trabajamos con acabados limpios y sutiles (blancos, color arena, madera…).
Se plantea piscina y espacios verdes y de disfrute en el entorno de la edificación. Estos se plantarán con vegetación local adaptada a la climatología con el objetivo de economizar el uso de agua.